1 – La falaise
Leucate Plage
Sitio natural único en la costa, los acantilados calcáreos de Leucate destacan en el paisaje. La blancura de su piedra recordaba a los antiguos navegantes griegos el blanco de sus propios acantilados: Leucate viene del griego Leukos que significa blanco, Laucata en occitano.
Su posición estratégica, entre la montaña y el mar, le proporciona una vista sin obstáculos de toda la costa, desde el Cabo de Creus hasta Sète. Durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes se instalaron en el acantilado, como atestiguan los restos de refugios y búnkeres.
Para los amantes de los amaneceres, las vistas panorámicas o el avistamiento de aves, es una visita obligada. ¡Para descubrir urgentemente el senderismo o la bicicleta de montaña!
En temporada, inscríbase en el visita guiada al acantilado para descubrirlo todo.